No hay una prueba para pilotos y equipos que supere a esta. Aquí no hay margen de error. Solo se premia con un lugar entre los grandes a quienes superan todos los límites y asumen los mayores riesgos. Los equipos compiten por ganar el título en tres categorías: Hypercar, LMGT3 y LMP2. Y para los mejores fabricantes y pilotos, es la máxima prueba de resistencia.
Los equipos que buscan romper barreras de velocidad y resistencia, y superar los límites de la ingeniería, necesitan no uno, sino tres pilotos que compartan un único vehículo en el que confíen plenamente. Cada tramo al volante requiere estrategia, fortaleza y tomar decisiones en cuestión de milisegundos. Es, en definitiva, un delicado equilibrio entre instinto y habilidad, que marca la diferencia entre sobrevivir o alcanzar la gloria.







