McLaren P1™
La fabricación de un coche que quiere romper tantas barreras como el P1™ requiere un proceso de pruebas y validación como ningún otro.
A pesar de su limitada producción, el P1™ ha sido sometido a un exhaustivo programa de pruebas diseñado para asegurar al conductor que el coche y su tren de potencia de alta gama van a responder extraordinariamente en cualquier tipo de situación. El equipo de ingenieros y los prototipos han viajado por todo el mundo para asegurar el rendimiento del coche tanto en los climas más cálidos como en los más fríos. Uno de los destinos fue el entorno más duro de todos, el circuito de Nürburgring, en Alemania, donde el coche se enfrentó al gran objetivo de McLaren de realizar una vuelta en menos de siete minutos.
No existe reto peor para un coche de carreras que el circuito de Nürburgring Nordschleife. Esta pista de 20,8 km del norte de Alemania cuenta con 150 curvas y 300 metros en desniveles. Es difícil e irregular, con picos tan escarpados que podrían mandar a un coche como el McLaren P1™fuera de la pista varias veces en una vuelta rápida. Las barreras quedan justo al lado de la pista, son pocas las curvas que tienen escapatorias de seguridad y el margen de error es prácticamente cero. En definitiva, es el lugar perfecto para poner a prueba la suma total de los componentes del coche y la confianza que inspiran en el conductor especializado a la hora de alcanzar grandes velocidades. El McLaren P1™ fue creado para conseguir realizar una vuelta en el Nordschleife en menos de siete segundos. Para tener un poco de perspectiva, hay que saber que James Hunt se aseguró una pole position en su McLaren M23 con un tiempo 7:06,5 en la última carrera celebrada en este circuito en 1976. Para nuestro equipo de ingenieros, conseguir ese reto no solo sería un gran reconocimiento de su trabajo, sino que demostraría por qué el McLaren P1™ se considera todo un icono de rendimiento.
Durante su ciclo de desarrollo, el McLaren P1™ también pasó tiempo en uno de los rincones más fríos del planeta. El Círculo Polar Ártico ofrece toda suerte de retos a temperaturas mínimas de -40 ºC. En ese contexto de frío polar, el conjunto de baterías se resiente mucho más que en temperaturas abrasadoras, y la superficie helada de un lago congelado demostró ser el mejor lugar para poner a prueba los sistemas de control de estabilidad avanzados.
El nombre lo dice todo. El Valle de la Muerte no es lugar para la vida. Para un coche como el P1™, la combinación de temperaturas abrasadoras (comúnmente por encima de los 50 ºC), la sequedad del ambiente y la ausencia de viento convierten este lugar en una prueba definitiva a nivel de control del calentamiento y refrigeración del motor. En ese contexto, el tren de potencia del P1™ también tiene que hacer frente a otro reto: asegurar que el conjunto de baterías puede soportar esas temperaturas y, a pesar de ellas, ofrecer su pleno rendimiento.
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