LAS 24 HORAS. UNA CARRERA ÉPICA. AÑO TRAS AÑO DURANTE UN SIGLO.
No hay una prueba para pilotos y equipos que supere a esta. Aquí no hay margen de error. Solo se premia con un lugar entre los grandes a quienes superan todos los límites y asumen los mayores riesgos. Los equipos compiten por ganar el título en tres categorías: Hypercar, LMGT3 y LMP2. Y para los mejores fabricantes y pilotos, es la máxima prueba de resistencia.
Los equipos que buscan romper barreras de velocidad y resistencia, y superar los límites de la ingeniería, necesitan no uno, sino tres pilotos que compartan un único vehículo en el que confíen plenamente. Cada tramo al volante requiere estrategia, fortaleza y tomar decisiones en cuestión de milisegundos. Es, en definitiva, un delicado equilibrio entre instinto y habilidad, que marca la diferencia entre sobrevivir o alcanzar la gloria.
Gordon Murray
Diseñador de McLaren F1
Un día y una noche. Desde las 16 horas del sábado hasta las 16 horas del domingo. El circuito de la Sarthe se convierte en el epicentro de las carreras de resistencia. Con sus 13,626 km, es uno de los más largos del mundo. De todo su recorrido, 4,5 km son de asfalto liso del circuito de Bugatti. Pero los otros 9 km son carreteras normales, donde los coches tienen que demostrar su desempeño y potencia. Y como si el reto de competir en diferentes pistas durante todo un día no fuera suficiente, el circuito presenta una exigencia extrema para los pilotos.
Mientras los espectadores disfrutan del ambiente festivo, los pilotos vuelan con cada curva. Pero, si hay una parte verdaderamente famosa, es la recta de Mulsanne. En sus inicios, fue considerada la recta más larga del mundo. Ahora, dos chicanes la interrumpen, aunque no impiden que los coches más rápidos alcancen velocidades vertiginosas de hasta 320 km/h.
Un piloto experto tarda menos de tres minutos y medio en ir desde la salida hasta la meta en un hiperdeportivo. Y así, sucesivamente, tantas veces como sea posible.
Nuestro fundador, Bruce McLaren, participó en esta carrera en ocho ocasiones, alzándose con la victoria en su sexto intento, en 1966, al volante de un Ford.
Desde entonces, la vuelta del nombre McLaren al circuito de la Sarthe no ha hecho sino alimentar aún más la leyenda del automóvil. Le Mans crea o destruye a los rivales. Y en junio de 1995, McLaren inclinó la balanza a su favor, pese a una lluvia torrencial que pasó a la historia. En ese estreno como fabricantes, con un coche de producción que se enfrentaba a prototipos fabricados para Le Mans, alcanzamos la cima del podio contra todo pronóstico. De hecho, conseguimos cuatro de las cinco primeras posiciones. El F1 GTR se ganó por pleno derecho un lugar en el olimpo de McLaren, con un legado que ha seguido creciendo después de esas épicas 24 horas.
Desde entonces, han pasado tres décadas, y nuestra historia en Le Mans aún no ha terminado. Este año, McLaren-United Autosports competirá con dos GT3 EVOs que lucirán los números 59 y 95, en homenaje al 30.º aniversario de la victoria de 1995. Y en 2027, aspiramos a volver a lo más alto, saliendo desde la parrilla de la categoría Hypercar.